Castril
Una joya en el Altiplano
Un paraíso para los sentidos
Un paseo por un paraíso natural
Recorrer Castril es volver a la esencia de la vida tradicional.
Su Sierra es un reducto de la naturaleza en todo su esplendor
Existen rutas de sendero adaptadas a todo el mundo, desde familias hasta expertos senderistas, descensos de cañones, piragüistas, ciclistas…
La Villa
El pueblo de Castril y su Peña se asientan en la margen izquierda del río, que en este tramo transcurre por un estrecho cañón de paredes casi verticales.
Integrado en el casco urbano de Castril se encuentra el Monumento Natural de la Peña constituyendo un paraje de gran belleza y alto valor natural y cultural.
La Peña tiene un mirador asombroso desde donde se divisa el espectacular relieve de las sierras más próximas y gran parte de la hoya de Guadix-Baza, y tiene acceso desde la Oficina Municipal deTurismo, junto a la iglesia.

La Sierra
La Sierra de Castril fue declarada Parque Natural el 28 de Julio de 1989. Es el río Castril el que vertebra el Parque desde su nacimiento, así como su principal valor ambiental.
Podemos llegar al nacimiento del río Castril cómodamente gracias a un sendero de baja dificultad en el que disfrutaran niños y mayores.
Podrás observar quebrantahuesos y buitres, águilas y halcones, cabras montesas, gamos y muflones, zorros y jabalíes, truchas y mariposas endémicas, martines pescadores y garzas, y hasta nutrias…

La Cerrada
Conocida en Castril como La Cerrá está situada bajo la Peña, se inicia en su cara norte y recorre todo el cañón en dos tramos, uno que se hace a través de una pasarela volada sobre el río, y otro que lo cruza por un corto puente colgante y continúa por un túnel, desembocando en un paraje donde otro puente y un camino nos conduce al pueblo por la cara este del Monumento.
El acceso al inicio del sendero se realiza o desde la iglesia o desde el parque de la Arboleda Perdida.

El castillo
Recientemente ha sido restaurado el castillo de Castril poniendo de relieve el complejo trazado que poseía el mismo y como sus constructores supieron aprovechar el relieve natural de la Peña para crear en recinto prácticamente inexpugnable y de gran valor estratégico.
Fue uno de los últimos enclaves musulmanes en ser conquistado en la guerra de Granada y su importancia quedó reflejada al ser creado el Señorío de Castril que fue otorgado a Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos
